El regreso: Un pequeño rodeo.

Bueno, podría ponerme a enumerar apresuradamente a modo de disculpa cada una de las razones que ha absorbido mi tiempo de ocio y creatividad para dedicar a este uno de mis rincones más vivos en palabras; pero no lo voy a hacer

Es curioso ver como a veces las palabras son sumamente inútiles y nosotros nos esforzamos ferbientemente en darle la suma importancia de las apariencias, sin pensar en si el receptor, tú, estás interesado en leer una disculpa hueca o una reflexión de éstas mías que rodean el mundo para avanzar dos metros, ¿no?

Quizás me esfuerze solamente en eso, en refugiarme en la fortaleza de palabras que intento construir a mi alrededor para convertir la polución de los sentimientos que me rodean en metáforas que sólo tal vez no lleven a ningún sitio.

¿Sólo tal vez? Permitidme que me ría. No, creo que apenas rodean una verdad que tan solo consigo palpar, ¿verdad? Siento que necesito dibujar palabras enredadas y que suenen llenas de colores y vida para poder imaginar que sirve como ventanal al mundo que solo yo soy capaz de ver.

Es como gritar a cuatro paredes vacías que te sientes sola. Cómo explicarle a un folio en blanco de qué color es el momento que no sabes expresar. Cómo pensar en un segundo que nunca sucederá. Cómo esperar la recompensa de algo que tan solo anhelas conseguir.

Como supondréis, la frustración que esto conlleva trae consigo una reflexión de igual magnitud que, como también habréis supuesto, sigue sin llevar a ningún sitio. Entoncesllega el siguiente paso: imaginar más allá de mi propia imaginación. Intento imaginar las cosas desde la imaginación del micromundo que me he creado, lo cual tampoco tiene demasiado sentido.

O tal vez sí, porque seguro que alguien dijo que la lógica no existe, que sólo existe lo que nosotros encasillamos cómo lógico o real. Porque en la imaginación de un micromundo imaginario, ¿existe algo real, lógico o con sentido? Claro que no, diría algún genio.

Por eso mismo este paso tampoco aporta nada a la reflexión infinita que comienza a rodear el propio rodeo que a su vez parece comenzar a girar en torno a algún tipo de agente externo e indefinido de nombre desconocido. Así que ahora sería cuando accedemos al siguiente paso, pero sería tan sumamente aburrido que desequilibraria la balanza de esa lógica ficticia y temporal del micromundo que comienza a derrumbarse.

Pero aguanta, porque ahora comienzo a construir una respuesta a partir de las ruinas de la realidad que quedó atrás cuando decidí que era demasiado difícil luchar por ella. Luchar por hacerla de colores, por manejarla y disfrutarla, por compartirla e incluso saborearla y descartarla, descartarla porque soy un ser débil, y volar es infinitamente más fácil que caminar y esquivar esos obstáculos que, joder, la vida tiene que poner por algún motivo.

Entonces, en el instante en el que me paro a pensar porqué todo es tan difícil, se me ocurre que no está siendo una reflexión para nada fácil. Pero aún no tengo mi respuesta, lo sigo intentando.

El nuevo rumbo parece tornarse hacia lo difícil que es vivir, y porque aún así nos esforzamos en levantarnos cada vez que nos caemos aunque sólo sea por buscar una razón casi insuficiente para seguir viviendo, seguir luchando, seguir disfrutando de los pequeños detalles que lo hacen todo grande no, enorme.

Entonces, como quien dice derrepente, me he dado cuenta que preguntarse el porqué una reacción absurda y típica del comportamiento único que nos da la libertad que tenemos por el hecho de ser humanos con todo ese rollo de la mente, los sentimienientos y la consciencia de que existimos es lo mismo que preguntarse por el comportamiento estúpido que demostramos al intentar mantener unas apariencias que la sarta de mentiras que nos esforzamos por mantener nos obligan a demostrar.

Y la respuesta que muchos hayarían sin ningún problema en la estupidez humana, yo la he encontrado en la magia. Porque si la sociedad no intentara amputarnos el deseo y la capacidad de cambiarla a nuestro antojo, no tendráimos la capacidad de imaginar, ilusionarnos ni soñar con que somos capaces de todo. Si todo fuese fácil o tuviese sentido, no tendriamos una razón para luchar, soñar, imagira o ilusionarnos, y nuestra existencia no tendría sentido.

¿Existe más magia que la que nos da la capacidad de imaginar que existe?

¿Existe algo más mágico que la posibilidad que inventar magia con palabras?

Si has llegado hasta aquí, si en vez de volar has imaginado o intentado imaginar siguiendo mis palabras en esta telaraña magicamente absurda, he de reconocer que eres valiente.

Si no, va a darte igual, porque lo que quería demostrar es que se puede dar un rodeo mágico para llegar al mismo sitio al que puedes llegar siendo clara y concisa, pero que es mucho más mágico imaginar o delirar; y es curioso que lo que quería decir en esta entrada sea algo tan mágico y que me ha ilusionado tanto.

Este es un premio que no sé si merecidamente me ha entregado soñadora, una gran coleccionista de palabras, ¿verdad?

El premio tiene unas normas, pero siempre me ha gustado saltármelas, y cómo no me creo con la capacidad de decidir u opinar sobre mis vecinos de ilusiones, me conformo con agradecer esto y dedicar o dar o galardoner cone sto a todo aquel que crea que construye magia, pidiendo que continúe con esta cadena si se cree capaz.

Y por esto mismo, con este gran rodeo, me despido.

atentamente, una tal Julia.